2.6
EL MILENIO: RESTAURACIÓN DEL GOBIERNO DE DIOS
Durante casi dos milenios, la
Iglesia de Dios ha estado esperando el regreso de Jesucristo y el
establecimiento del reino de Dios en la tierra.
El Reino de Dios explica muchos aspectos de
este maravilloso futuro.
Aunque la palabra
"milenio" (del latín mille, mil) no es un término bíblico, los
estudiosos de la Biblia la utilizan comúnmente para describir el primer período
de 1.000 años del reino de Dios que sigue al regreso de Cristo a esta tierra y en
el que Satanás, el diablo, sea atado (Apocalipsis 20:2-4).
Literalmente, cualquier período
de 1.000 años puede llamarse milenio.
Sin embargo, cuando se utiliza
como un término teológico, "el Milenio" describe sólo el período
descrito en Apocalipsis 20.
En este módulo exploraremos el
momento esperanzador en el que Jesucristo iniciará 1.000 años de sanidad y
bendiciones para toda la tierra.
Esto no es ciencia ficción, o
la anticipación de una utopía irrealista, sino un estudio de la futura realidad
que está garantizada.
EL MUNDO VENIDERO BAJO EL
LIDERAZGO DE JESUCRISTO
En esta secuencia de estudio
examinaremos muchos de los detalles revelados en la Biblia acerca de este
maravilloso mundo del mañana.
Jesucristo será "Rey de
reyes y Señor de señores" del futuro reino de Dios (Apocalipsis 19:16).
Todos los reinos y gobiernos de este mundo están destinados a ser reemplazados
por el reino de Dios al iniciarse el Milenio (Daniel 7:13-14, 27).
Con un gobierno mundial
centrado en Jerusalén (Miqueas 4:1-3), el pueblo de Dios cogobernará supeditado
a Cristo.
El reino de Dios no será
establecido ni administrado por seres humanos.
No vendrá por la revolución
humana, la toma del poder o por la fuerza.
El "Dios del cielo"
establecerá su reino con su propio poder y con rectitud y justicia.
El reino de Dios no será
gobernado por políticos de ningún tipo, sino directamente por Cristo y los
coherederos del reino (Daniel 2:44; 7:18; Apocalipsis 11:15; Mateo 19:28).
Los gobernantes serán elegidos
según su historial de fidelidad (Lucas 19:15-19; 16:10-11). Sólo aquellos que
continúen venciendo su naturaleza humana pecaminosa en esta vida y permanezcan
fieles al camino de Dios serán escogidos para recibir autoridad sobre las
naciones (Apocalipsis 2:26).
Dios no permitirá que su reino
sea gobernado por líderes egoístas e incompetentes.
Por primera vez en la historia,
aquellos en el gobierno definitivamente no estarán allí por codicia de poder o
por beneficio personal (Mateo 20:25-26). Debido a su actitud de servicio, los
gobernantes del Milenio serán una bendición para todo el pueblo, como
"ríos de agua en tierra seca, como la sombra de una gran roca en tierra
árida" (Isaías 32:2).
Habrá perfecta unidad en el
gobierno de Dios, como la hay entre Cristo y su Padre (Juan 17:21-24).
RESTAURACIÓN DE TODAS LAS COSAS
El mensaje del Evangelio es un
mensaje de esperanza: esperanza de un mundo mejor por venir, y ese mundo será
real, no un mundo etéreo en las nubes o en un cielo de ensueño. Al predicar
sobre el evangelio y el arrepentimiento a los judíos de su tiempo, un inspirado
apóstol Pedro describió aquel tiempo futuro: "Arrepentíos, pues, y
convertíos, para que sean borrados vuestros pecados, a fin de que vengan de la
presencia del Señor tiempos de refrigerio, y Él envíe a Jesucristo, que os ha
sido anunciado antes, a quien es necesario que el cielo reciba hasta los
tiempos de la restauración de todas las cosas, de que Dios ha hablado por boca
de todos sus santos profetas desde el principio del mundo" (Hch. 3,19-21).
Cristo regresará a la tierra
como lo prometió (Hechos 1:9-11; Juan 14:28), y su regreso dará comienzo al
tiempo de la restauración. Jesús y sus seguidores reinarán en la tierra
(Apocalipsis 5:10; 11:15).
Si todas las cosas serán
restauradas, ¿cómo era el estado original de la tierra?
Cuando Dios creó todas las
cosas, los ángeles gritaron de alegría (Job 38:4-7): la creación era perfecta y
bellísima en todos los aspectos. Dios mismo confirmó que todo lo que había
creado era muy bueno (Génesis 1:31).
El gobierno de Dios en el
momento de la creación consistía en dos personajes, Dios Padre y el Verbo.
Obsérvese cómo el apóstol Juan fue inspirado para revelar este hecho: "En
el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él
estaba en el principio con Dios. Todas las cosas por Él fueron hechas, y sin Él
nada de lo que ha sido hecho, fue hecho" (Juan 1:1-3).
El versículo 14 de Juan 1 dice:
"Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros, y vimos su
gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad".
El Personaje llamado el Verbo fue el que finalmente nació como Jesús, el
Cristo. Ver más abajo el estudio ampliado: ¿Quién y qué es Dios?
Estos dos personajes del
gobierno de Dios trabajaban juntos en perfecta armonía. Jesús dijo: "Yo y
mi Padre somos uno" (Juan 10:30). Cuando vivió en este mundo como el Hijo
de Dios, no buscaba su propia voluntad, "sino la voluntad del Padre que lo
envió" (Juan 5:30, 6:38, 8:50).
Este será el lema de todos en
el gobierno cuando todo sea restaurado en el reino de Dios (Salmo 40:7-8).
Hay millones que profesan el
nombre del Señor, pero eso no es suficiente para formar parte del reino de
Dios. "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los
cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos"
(Mateo 7:21).
El gobierno de Dios estará
cuidadosamente estructurado para lograr la máxima eficacia.
Dios Padre tendrá el control
supremo para siempre (Efesios 4:6), y Jesús, el Rey de reyes, gobernará bajo su
mando (1 Corintios 15:24-28). Abraham, Isaac y Jacob, así como todos los
profetas, estarán en el reino de Dios de acuerdo con las palabras de Jesús
(Lucas 13:28). Bajo Cristo, el rey David será rey sobre todo Israel y los
apóstoles serán cada uno rey sobre una de las 12 tribus de Israel (Mateo 19:28;
Ezequiel 34:23-24). Y muchos de los que han sido y seguirán siendo fieles en
esta vida, a quienes también se les llama santos o hijos de Dios, tendrán la
oportunidad de servir como líderes en el reino de Dios en diversos cargos
(Apocalipsis 5:10; 2:26; 3:12; Lucas 19:17-19). Ver más abajo el estudio
ampliado: Módulo 2.(1.1.5).2 Los santos y Módulo 1.7.4 ¿Cuál es nuestro
destino?
Ninguna forma humana de
gobierno es un modelo apropiado para el reino de Dios, ya que todas ellas son o
han demostrado ser inadecuadas.
El gobierno de Dios no es la
administración por consenso de los gobernados, sino la administración de la
perfecta voluntad de Dios, que conduce a la paz y a la felicidad de todos.
La restauración de todas las
cosas que se iniciará con la segunda venida de Jesucristo, esta vez como Rey de
reyes y Señor de señores, restablecerá finalmente todas las cosas a un estado
en el que serán en verdad maravillosas.
El gobierno de Dios regirá con
justicia y amor y velará por el bien de todos los habitantes de este.
LA TRANSFORMACIÓN DEL MUNDO
El establecimiento del reino de
Dios en la tierra será un tiempo en el que el camino de vida de Dios será
enseñado a todo el mundo. "Sucederá en los últimos días que el monte de la
casa del Señor será establecido en la cima de los montes, y será exaltado sobre
las colinas; y todas las naciones afluirán a él. Vendrán muchos pueblos y
dirán: 'Venid y subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob; él nos
enseñará sus caminos y caminaremos por sus sendas'. Porque de Sión saldrá la
ley, y de Jerusalén la palabra del Señor. Juzgará entre las naciones y
reprenderá a muchos pueblos; convertirán sus espadas en rejas de arado y sus
lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más
para la guerra" (Isaías 2,2-4).
Cristo ya no tolerará más el
desgobierno humano, la opresión, la miseria y la destrucción que la guerra ha
ocasionado a la humanidad.
Caminar por sus sendas y
aprender sus caminos significa mucho más que aceptar ciertas normas y creencias
o incluso luchar por difundirlas. Significa practicar un nuevo tipo de
pensamiento que conduce a una nueva forma de vida, por lo que "ellos [debido
a este nuevo pensamiento] convertirán sus espadas en rejas de arado."
No se puede imponer a nadie una
forma pacífica de pensar; esto forma parte del proceso de conversión que enseña
la Biblia.
Véase el más abajo estudio
ampliado: El Camino a la Transformación Personal.
La ley de Dios que "saldrá
de Sión" es mucho más que un conjunto de normas. La palabra hebrea para
ley, Torá, también significa dirección, consejo, instrucción y enseñanza. Dios
dirigirá al mundo entero hacia su camino de vida. Curiosamente, la Iglesia del
Nuevo Testamento no se veía a sí misma como una religión, sino como "el
camino" (Hechos 19:23, 24:14). Véase más abajo el estudio ampliado: Módulo
1.3.1 ¿Religión o forma de vida?
El camino de la paz sigue
eludiendo hoy a la humanidad. Hablando de toda la humanidad, el profeta Isaías
se inspiró para escribir: "Destrucción y miseria hay en sus caminos; y el
camino de la paz no han conocido" (Romanos 3:16-17).
¿Se puede instaurar una paz
duradera mediante la violencia?
¿Cómo se instala una mente
pacífica por la fuerza?
Ciertamente, se puede controlar
el mal hasta cierto punto mediante la ley y la imposición de su cumplimiento.
Pero no se puede impedir el mal por la fuerza; ni siquiera el estado policial
de la antigua URSS lo consiguió. El mal sale del corazón (Santiago 4:1) y el
corazón no se puede cambiar por la fuerza.
Una de las razones por las que
el mundo no puede alcanzar la paz es porque se niega a aceptar los mandamientos
[leyes, instrucciones, enseñanzas] de Dios como forma de vida. Seguir ese
camino es un requisito básico para vivir en paz (Isaías 48:18).
El término "paz" va
unido a "rectitud" o a un término parecido, como
"justicia", en toda la Biblia. La rectitud puede describirse como una
correcta relación con Dios, basada en sus principios. Es una forma de vida que
trata a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros; parece
sencillo, pero no lo es, y no tardamos mucho en descubrirlo. Ver más abajo el
estudio ampliado: Módulo 2.(1.3.9).1 Guerra y paz.
Un gobierno justo es uno de los
fundamentos para una sociedad justa y se basa en leyes justas. Sólo la ley de
Dios es perfecta y justa para todos.
Bajo el gobierno de Cristo
habrá paz, prosperidad y tranquilidad porque todas las instrucciones y caminos
perfectos de Dios serán administrados y aplicados por el gobierno y por el
pueblo (Isaías 32:1-5, 16-18; Miqueas 4:1-4).
Como el Dios perfecto y no los
humanos será el poder subyacente al gobierno en el futuro reino de Dios, el
egoísmo, la incompetencia y la injusticia ya no serán un obstáculo para una
sociedad pacífica.
Los seres humanos de todo el
mundo aprenderán por fin el camino de Dios, que es el único que puede traer la
paz.
Jesús enseñó el estilo de vida
que producirá esta utopía realista -el camino que los cristianos están llamados
a vivir ahora-, el camino que finalmente resolverá todos los problemas y males
de hoy.
Esta es la luz que Jesucristo
trajo al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque
sus obras eran malas (Juan 3:19). El mundo rechazó esa maravillosa buena nueva
y crucificó al Salvador por traerla.
ABUNDANTES BENDICIONES EN EL
MUNDO DE MAÑANA
En los tiempos del Antiguo
Testamento, Dios reveló al pueblo de Israel una visión de un mundo maravilloso
donde habría justicia, paz y bienestar para todos, basado en la obediencia al
gobierno de Dios.
Como una bendición para las
personas físicas que sobrevivan en la tierra después del tiempo del regreso de
Cristo y la resurrección de los santos, la restauración de una tierra devastada
y contaminada comenzará a llevarse a cabo. El profeta Ezequiel tuvo una
maravillosa visión del comienzo de este proceso de recuperación:
"
Y me dijo [a Ezequiel]: '¿Has visto, hijo de hombre?
Después me llevó, y me hizo volver por la ribera del río. 7 Y volviendo yo, vi que en la ribera del río había muchísimos
árboles a uno y otro lado. 8 Y me dijo: Estas aguas salen a la región del oriente, y
descenderán al Arabá, y entrarán en el mar; y entradas en el mar, recibirán
sanidad las aguas. 9 Y toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos
dos ríos, vivirá; y habrá muchísimos peces por haber entrado allá estas aguas,
y recibirán sanidad; y vivirá todo lo que entrare en este río'"
(Ezequiel 47:6-9).
La tierra y todos sus
habitantes disfrutarán de una nueva vida de paz y prosperidad como consecuencia
de la materialización de las buenas nuevas del reino de Dios. La paz mundial
será el resultado de la administración de un buen gobierno. Este fue el mensaje
evangélico de Jesucristo y es el único camino para encontrar la verdadera
utopía.
La gente del mundo
experimentará la verdadera utopía cuando sus corazones sean cambiados y vivan
de acuerdo con los mandamientos de Dios. Entonces serán bendecidos con
prosperidad y abundancia física.
Hablando de la reunión final de
las tribus de Israel, Dios dice:
"He aquí que vienen días
-dice el Señor- en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de uvas al
que siembra; los montes destilarán mosto, y todas las colinas fluirán con él.
Haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel; edificarán las ciudades
desiertas y las habitarán; plantarán viñas y beberán vino de ellas; también
harán huertos y comerán fruto de ellos. Los plantaré en su tierra, y nunca más
serán arrancados de la tierra que les he dado", dice el Señor, tu
Dios" (Amós 9, 13-15).
Los seres humanos que vivan en
la tierra bajo el gobierno de Dios durante el reinado milenario de Cristo
aprenderán a cantar, bailar y gritar de alegría por la maravillosa forma de
vida que experimentarán bajo ese gobierno perfecto (Jeremías 31:4-5; 12-14).
Dios no sólo redimirá al pueblo
de Israel, sino también a todas las demás naciones, como dejan claro otros
pasajes de la Biblia (Isaías 35:1-10; 25:6-8). Tenga en cuenta que el término
Israel, tal como se utiliza bíblicamente, no se refiere principalmente a la
actual nación de Israel, que consiste de la tribu de Judá, la cual es sólo una
de las 12 tribus de Israel (Éxodo 1:1-4). Véase más abajo el estudio ampliado:
¿Quién y qué es Israel?
Cuando se establezca el reino
de Cristo, veremos el cumplimiento de una maravillosa y bien conocida profecía
de Isaías:
"El pueblo que caminaba en
tinieblas ha visto una gran luz; los que habitaban en tierra de sombra de
muerte, sobre ellos ha brillado una luz. Tú has multiplicado la nación y has
aumentado su alegría; se regocijan ante ti según la alegría de la cosecha, como
se regocijan los hombres cuando se reparten el botín. . . .
"Porque un Niño nos es
nacido, Hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro. Y se llamará su
nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán
límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo
en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos hará esto
" (Is 9,2-3.6-7).
Sin embargo, la perspectiva
bíblica no se detiene en el Milenio; va mucho más allá de nuestra imaginación.
Encontrará más información sobre el potencial último de la humanidad en el
Módulo 1.7.2 El propósito del hombre. Ver también más abajo el estudio ampliado:
Módulo 2.(1.2.11).1 Las Resurrecciones.
Hay buenas razones para
apreciar esta visión del glorioso reino de Dios, no sólo para nosotros, sino
para todos los que han vivido. Por eso Jesús nos dijo que oráramos: "Venga
a nosotros tu reino".
PUNTOS ESENCIALES DE ESTE
MÓDULO
·
El
reino de Dios no será establecido ni administrado por seres humanos.
·
El
Milenio será un tiempo de restauración de todas las cosas.
·
El
gobierno de Dios será restaurado en la tierra.
·
El
mundo entero será transformado.
·
Abundantes
bendiciones y paz serán el resultado de seguir el camino de vida de Dios.
·
El
Milenio no es el fin sino el comienzo del reino de Dios.
ESTUDIO AMPLIADO
·
El
Reino de Dios
·
¿Religión
o estilo de vida?
·
Fundamentos:
El camino de la transformación personal
·
Los
santos
·
Las
Resurrecciones
Comentarios
Publicar un comentario