2.3
EL EVANGELIO
La mayoría de la gente estaría
de acuerdo en que alimentarse exclusivamente de una dieta de noticias malas o
negativas no es saludable a largo plazo. ¿Acaso no anhelamos recibir buenas
noticias, algo que nos dé ánimos? Sin embargo, ¿dónde encontramos buenas
noticias en el mundo actual? Las opciones parecen bastante limitadas.
¿Debemos convertirnos en
soñadores utópicos, evocando un mundo feliz de fantasía para poder salir del
ciclo de malas noticias?
¿Sólo tenemos que creer
firmemente en los aspectos positivos de la vida y entonces todo saldrá bien con
el tiempo?
¿O deberíamos simplemente
retroceder y entregarnos al placer y, en la medida de lo posible, olvidarnos de
lo que está sucediendo?
En gran medida, los titulares
de los medios de comunicación son un recordatorio continuo de malas noticias y
escándalos, no sólo porque las malas noticias se vendan mejor, sino también
porque en muchos aspectos parece ser la norma en este mundo. Como a diario se
nos informa de casi todo lo que ocurre en prácticamente todos los rincones del
mundo, el alcance global de los medios de comunicación se suma a la impresión
de una imagen general negativa respecto a los acontecimientos mundiales. Por
supuesto, la humanidad también ha progresado enormemente, al menos en el mundo
occidental, y la mayoría puede disfrutar de una vida más abundante que en
cualquier otra época en un sentido físico. ¿Significa esto que la realidad es
por tanto básicamente positiva, llena de buenas noticias, y que simplemente no
escuchamos nada al respecto?
¿Hay alguna razón para albergar
esperanzas basadas en el esfuerzo humano?
Los hechos sugieren lo
contrario. Tras dos devastadoras guerras mundiales en el siglo XX, las naciones
siguen en la búsqueda de la fórmula de la paz. Las guerras y los rumores de
guerra continúan en todo el planeta, y ahora -en un mundo todavía conmocionado
por la repentina destrucción del World Trade Center en Nueva York-
¿quién puede sentirse totalmente a salvo de la amenaza de nuevas y devastadoras
atrocidades terroristas?
Las catástrofes naturales, como
los terremotos, las erupciones volcánicas, los tornados, los huracanes, las
sequías, las inundaciones y las avalanchas, siguen produciéndose,
conmocionándonos por la magnitud de la devastación de vidas y bienes, y
recordándonos nuestra propia impotencia frente a las fuerzas de la naturaleza.
Vemos con gran preocupación
cómo parte de la generación más joven se alimenta de violencia, ya sea a través
de videojuegos que reducen su percepción de lo que está bien y lo que está mal,
o bien a través de las más recientes películas de acción. ¿Debería
sorprendernos que los delitos violentos no disminuyan y que en muchas de
nuestras ciudades no podamos sentirnos seguros en las calles y ya ni siquiera
en nuestras propias casas?
Cualquier estilo de vida parece
aceptable para una parte cada vez mayor de la sociedad, siempre y cuando su
elección sea libre. El abuso de drogas y del alcohol es rampante, contribuyendo
a la enfermedad, el crimen y el colapso social. El VIH/SIDA está fuera de
control en algunas naciones. Enfermedades devastadoras como la malaria están
lejos de curarse y otras nuevas están surgiendo para causar aún más sufrimiento
y muerte. Los conflictos raciales, religiosos y nacionalistas siguen
alimentando el fuego de la intolerancia y el odio en muchas partes del mundo.
En otras palabras, las
condiciones del mundo no nos ofrecen muchas esperanzas para el futuro.
A pesar de las deprimentes
realidades de este mundo, ¡hay esperanza para el futuro de la humanidad! Hay
buenas nuevas, es decir, algo sustancial que puede darnos seguridad ahora y
confianza absoluta en el futuro.
Existe un vínculo entre un
mensaje transmitido hace siglos y el destino de la humanidad. Ese mensaje es de
la más vital y crítica importancia para nosotros; es un mensaje positivo de
esperanza y buenas noticias para la humanidad.
EN BUSCA DEL VERDADERO
EVANGELIO
La mayoría de nuestros lectores
estarán familiarizados con el término evangelio. Pero hay mucha confusión sobre
lo que es este evangelio. ¿Es simplemente la biografía de Jesús y sus
seguidores escrita por cuatro hombres diferentes? ¿Se puede entender hoy en
día, o es un misterio? ¿Existen falsos evangelios e ideas equivocadas sobre el
evangelio? Véase más abajo el estudio ampliado: Módulo 5.2.4 Los libros
históricos del Nuevo Testamento
¿En qué consiste el verdadero
Evangelio?
¿Se trata acaso de tener una
experiencia religiosa y ser invitado a "entregar nuestro corazón al
Señor"? ¿O tiene que ver con el destino de toda la humanidad?
Necesitamos conocer las
respuestas a estas importantes preguntas si queremos encontrar esperanza y
orientación en este mundo confuso y lleno de malas noticias.
Jesucristo dijo a sus
discípulos: "Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura.
El que crea y se bautice se salvará; pero el que no crea se condenará"
(Marcos 16:15-16). Observe que Jesús no dijo que los discípulos debían predicar
"cualquier evangelio" o aconsejar a la gente a que "simplemente
elija la iglesia más cercana y crea lo que allí enseñan". Él dijo que
había un mensaje definitivo, "el evangelio".
Cualquiera que sea el evangelio,
es un asunto de gran importancia personal que creamos en el mismo evangelio que
Jesús predicó.
El apóstol Pablo advirtió que
ya circulaban falsos evangelios en una etapa muy temprana de la historia de la
Iglesia. "Me maravillo de que os apartéis tan pronto de aquel que os llamó
en la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente, no que haya otro;
sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de
Cristo" (Gálatas 1:6-7). El evangelio de Cristo es simplemente el evangelio
que Cristo proclamó.
Por lo tanto, es vital que
comprendamos cuál es el Evangelio que Cristo proclamó. Sólo entonces podremos
determinar si podemos creer en él y si realmente es una buena noticia para cada
uno de nosotros y para nuestra atribulada raza humana.
IDENTIFICAR EL EVANGELIO
¿Cómo identifica la Biblia el
Evangelio? ¿Cuándo lo predicó Cristo por primera vez? Es asombroso, pero la
verdad sobre el evangelio de Jesucristo es bastante diferente de lo que
comúnmente hemos escuchado. Los hechos bíblicos son bastante claros.
Hace unos dos mil años,
Jesucristo como Hijo de Dios vino a esta tierra con un importante mensaje de
parte de Dios: el anuncio de un maravilloso mundo que vendrá después de un
período de cataclismos globales. Este mensaje se denomina "el Evangelio"
en el Nuevo Testamento. Cristo era el Mensajero divino, pero el mensaje
procedía de su Padre.
Es la palabra que Dios envió.
No era el mensaje de un ser humano, ni una amalgama de ideas humanas. Provenía
de Dios. "La palabra que Dios envió a los hijos de Israel, proclamando la
paz por medio de Jesucristo -Él es el Señor de todo-; esa palabra ya la
conocéis, que fue proclamada por toda Judea y comenzó desde Galilea, después
del bautismo que predicó Juan" (Hechos10,36-37).
Como podemos comprobar aquí,
fue enviado en primer lugar a los hijos de Israel. Originalmente fue predicado
en Galilea y Judea. Sólo más tarde, como leemos en el capítulo 10 de los
Hechos, comenzó el evangelio a extenderse al resto de las naciones. Véase más
abajo el estudio ampliado: Módulo 1.1.4 Las enseñanzas de Jesucristo y los
apóstoles
Hubo un tiempo específico en el
que Cristo comenzó con su ministerio de predicación de este evangelio: "El
principio del evangelio de Jesucristo. . . . Después que Juan fue encarcelado,
Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios y diciendo: 'El
tiempo se ha cumplido y el reino de los cielos se ha acercado. Convertíos y
creed en el Evangelio" (Mc 1,1.14-15).
La palabra evangelio se traduce
del griego euangelion, que antiguamente significaba "portador de
buenas nuevas", pero que pasó a significar simplemente "buenas
nuevas" o "buenas noticias".
En la lengua inglesa la palabra
evangelio se deriva del inglés antiguo godspel, que también significa
"buena charla/cuento" o "buenas noticias."
Jesús fue por todas partes
predicando las buenas nuevas del reino de Dios y enseñando sobre el mismo
mediante parábolas. Envió a 70 hombres, ordenándoles que predicaran el reino
(Lucas 10:9), y también envió a los apóstoles, sobre los cuales se fundó la Iglesia
de Dios, a predicar el mismo mensaje (Lucas 9:1-2). Después de la resurrección,
antes de ascender al cielo, Jesús enseñó aún más a sus discípulos acerca de ese
reino (Hechos 1:3). Véase más abajo el estudio ampliado: Módulo 1.1.5 El Reino
de Dios.
¿No es asombroso que el mundo
haya perdido el conocimiento de lo que es el evangelio?
El apóstol Pablo predicó acerca
del reino de Dios (Hechos 19:8; 20:25; 28:23, 31). Y Dios Todopoderoso, a
través de Pablo, pronunció una doble maldición sobre cualquier persona o ángel
que se atreviera a predicar cualquier otro evangelio (Gálatas 1:8-9).
Si comparamos Marcos 1:1 con
los versículos 14-15, vemos claramente que no hay dos evangelios, sino un solo
evangelio que era a la vez "de Jesucristo" y "del reino de
Dios".
El evangelio no trata sólo de
quién era Cristo, sino de lo que Él dijo.
Es tanto el evangelio de
Jesucristo como el evangelio del reino de Dios.
Este mensaje de Dios acerca de
la venida del reino de Dios que Jesús y sus discípulos proclamaron es una buena
noticia.
Pero para que toda la humanidad
pueda entrar en ese reino de Dios, Jesús tuvo que morir primero por los pecados
de todos los seres humanos, y esto también forma parte del mensaje del
Evangelio para nosotros hoy.
En la mayor parte del
cristianismo tradicional, el evangelio se ha reducido a este aspecto.
(Explicamos esta parte del evangelio y por qué Jesús tuvo que morir por
nosotros en el módulo 1.2.6 La Pascua).
¿FUE PREDICADO EL EVANGELIO
ANTES DE CRISTO?
Hemos leído que la predicación
del Evangelio realizada por Cristo en los tiempos del Nuevo Testamento comenzó
en un momento determinado y en un lugar determinado (Marcos 1:1, 14-15). Pero
¿fue entonces cuando se predicó por primera vez el Evangelio? Observe que
Marcos 1:1 no está diciendo que Cristo fue el primero en predicar el Evangelio.
El mensaje que Cristo trajo, su
mensaje evangélico, como veremos, estaba en completa armonía con muchas de las
Escrituras hebreas (el Antiguo Testamento).
El evangelio fue en cierto
sentido predicado a Adán y Eva justo al principio.
"Y dijo el Señor Dios a la
serpiente: 'Por cuanto has hecho esto, maldita serás más que todas las bestias,
y más que todos los animales del campo; sobre tu vientre andarás, y polvo
comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y
entre tu simiente y la simiente suya; él te herirá en la cabeza, y tú le
herirás en el calcañar'" (Génesis 3:14-15).
Adán y Eva desobedecieron las
órdenes que Dios les dio y perdieron la oportunidad que podrían haber tenido.
Pero no tomaron a Dios por sorpresa. En su condena al embustero de Satanás,
Dios profetizó sobre un descendiente individual de Eva (su Simiente, Cristo),
que acabaría venciendo a Satanás.
Se establece un contraste entre
la herida en el calcañar (la oposición de Satanás a Cristo, y quizá una
referencia a la crucifixión) y la herida en la cabeza (el destino final de
Satanás).
Esta parte del Evangelio -las
buenas nuevas del triunfo final del futuro Rey (Jesucristo, Apocalipsis 11:15)
sobre el adversario de la humanidad, el diablo- se predicó en uno de los
momentos más críticos de la humanidad (Apocalipsis 20:2-3, 10).
El uso de la palabra mujer en
Génesis 3:14-15 tiene un doble significado. La Iglesia se describe en 2
Corintios 11:2 como una virgen que se convertirá en la esposa de Cristo; en
este sentido, los miembros de la Iglesia también se convertirían en "su
simiente" a la que Satanás heriría.
La simiente de Satanás está
compuesta por todos aquellos que se han opuesto a los verdaderos siervos de
Dios a lo largo de los siglos. Cristo se refirió a los fariseos religiosos y
seguros de sí mismos como siendo "de [su] padre el diablo" (Juan
8:44) y como una " generación de víboras" (Mateo 12:34; 23:33).
EL EVANGELIO FUE PREDICADO A
ABRAHAM E ISRAEL
Pablo dijo que Dios mismo
predicó el evangelio a Abraham: "Y la Escritura, previendo que Dios
justificaría a los gentiles por la fe, anunció de antemano el evangelio a
Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones" (Gálatas 3:8).
Este pasaje por sí mismo
evidencia que el evangelio comenzó a predicarse muchos años antes del
ministerio humano de Cristo. La predicación a Abraham indicaba que el
evangelio, a través de su simiente (Cristo), sería una bendición para todas las
naciones.
¿Y qué de Moisés? Todo el
sistema de sacrificios implementado a través de la ley de Moisés conducía a
Cristo: "Y todo sacerdote está ministrando cada día y ofreciendo
repetidamente los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados. Pero
éste, después de haber ofrecido un solo sacrificio por los pecados para
siempre, se sentó a la diestra de Dios" (Hebreos 10:11-12).
EL EVANGELIO EN LOS PROFETAS
La plenitud del Evangelio fue
revelada por Cristo y predicada durante y después de su ministerio. Sin
embargo, Él se apoyó en un fundamento inspirado que había sido colocado por
muchos de los profetas. En una ocasión citó Isaías 61:1-3 y su referencia a la
predicación de "buenas nuevas": el Evangelio (Lucas 4:18-19). Todo
ese capítulo, y muchos otros de Isaías, están dedicados al tema del reino de
Dios que Cristo anunció. Véase más abajo el estudio ampliado: Módulo 6.6.2 El
reino de Dios en la profecía.
Isaías 56, por ejemplo,
comienza con "Así dice el Señor: 'Guardad el derecho y haced justicia,
porque está a punto de llegar mi salvación y de revelarse mi justicia'"
(versículo 1). Los traductores de la Nueva Versión Reina Valera han titulado correctamente
este capítulo "Salvación para los gentiles". Lo que los
contemporáneos de Cristo no entendían acerca del Mesías era que había una
primera venida como "el Cordero de Dios" (Isaías 53:7; Juan 1:29).
Juan 12:12-13 describe la
entrada triunfal de Cristo en Jerusalén. Juan se basó en las profecías sobre
este acontecimiento que aparecen en el Salmo 118:25-26 y en Zacarías 9:9 en
relación con el Mesías. Los Evangelios y las epístolas están llenos de referencias
de este tipo, normalmente en cursiva, y muchas de ellas apuntan al ministerio
de Cristo y/o a la salvación, y al reino de Dios que vendrá como consecuencia
de ello.
La salvación forma parte del
mensaje evangélico; sin ser salvos de la pena de muerte que pende sobre
nosotros a causa del pecado, no podemos entrar en el reino de Dios (Romanos
6:23; 1 Corintios 6:9-11).
Hay numerosas referencias a
escrituras que se cumplieron específicamente con la primera aparición de Cristo
como Mesías. Es por ello por lo que van acompañadas de la frase "para que
se cumpliera" (o expresiones similares). Sólo en Mateo, encontramos que la
palabra cumplido se utiliza con frecuencia en relación con las profecías sobre
el nacimiento de Cristo; véase Mateo 1:22; 2:15, 17, 23; y 4:14. Encontramos
referencias sobre el cumplimiento de las profecías durante su ministerio en
Mateo 8:17; 12:17; 13:14, 35; y 21:4. Y el término cumplido se utiliza en
relación con las circunstancias que rodearon su muerte sacrificial en Mateo
26:54, 56; y 27:9, 35. Véase más abajo el estudio ampliado: Módulo 6.2.1
Profecías mesiánicas.
Después de su resurrección,
Jesús dijo a sus discípulos: "'Estas son las palabras que os hablé estando
aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito
de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los Salmos'. Y les abrió el
entendimiento para que comprendieran las Escrituras" (Lucas 24:44-45).
La Ley, los Profetas y los
Escritos (que incluyen los Salmos, donde encontramos muchas alusiones al
Mesías) son las tres divisiones tradicionales del Antiguo Testamento;
constituyen su totalidad, y en ellas se encuentran referencias relativas a
Cristo.
Los profetas esperaban la
llegada del Mesías, de Aquel que finalmente instauraría el reino de Dios y
gobernaría sobre todos los reyes y naciones (Daniel 2:44).
David también escribió sobre el
reino de Dios en los Salmos. Por ejemplo, como dice en el Salmo 145:
"Todas tus obras te alabarán, Señor, y tus santos te bendecirán. Hablarán
de la gloria de tu reino, y hablarán de tu poder, para dar a conocer a los
hijos de los hombres sus proezas, y la gloriosa majestad de su reino. Tu reino
es reino eterno y tu dominio perdura por todas las generaciones"
(versículos 10-13).
Cristo reveló a sus discípulos
que volvería a la tierra (Hechos 1:11) como el Mesías para instaurar el reino
de Dios y gobernar todo el mundo (Apocalipsis 11:15).
El fin último de la Palabra de
Dios -las Escrituras del Antiguo y del Nuevo Testamento- es la salvación de la
humanidad, que se lleva a cabo gracias a la primera y a la segunda venidas del
Mesías.
Directa o indirectamente, el
Evangelio se ha predicado desde el Génesis hasta el Apocalipsis.
PUNTOS ESENCIALES DE ESTE
MÓDULO
·
El
cristianismo tradicional no ha proclamado la plenitud del verdadero evangelio.
·
Evangelio
significa en la actualidad " buenas noticias".
·
Dios,
el Padre, envió a Jesús a proclamar las buenas nuevas acerca del reino de Dios.
·
El
evangelio es la explicación de cómo podemos, a través de Jesucristo, entrar en
el reino de Dios.
·
Las
buenas nuevas son el evangelio de Jesucristo y el evangelio del reino de Dios.
·
El
evangelio se ha predicado desde Génesis hasta Apocalipsis.
ESTUDIO AMPLIADO
·
Las
enseñanzas de Jesucristo
·
El
Reino de Dios
·
La
Pascua: Dios nos ama
·
Los
Evangelios para el siglo XXI
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