2.2 JESUCRISTO: AYER, HOY Y MAÑANA

A Jesucristo se le representa principalmente como a un bebé en una cuna; como a un joven de cabello largo y con un aire más bien triste; o como a un hombre muerto que está colgando de una cruz. Estas imágenes tienen poco que ver con la realidad del joven judío que trabajó duro en el negocio de construcción de su padrastro hasta que comenzó su ministerio a la edad de 30 años, y que finalmente fue crucificado y luego milagrosamente resucitado de entre los muertos.

Desde sus primeros años, Jesús sabía exactamente quién era (Lucas 2:42, 47-49). Más tarde dijo claramente de dónde venía (Juan 3:13), adónde iba (Juan 6:62) y cuál era su propósito (Juan 4:34).

No sólo las imágenes populares de Jesucristo son engañosas, sino que sus enseñanzas también han sido tan adulteradas que hay muchas doctrinas contradictorias supuestamente basadas en sus palabras. Vea más abajo el estudio ampliado: Las enseñanzas de Jesucristo.

Para tener una comprensión correcta sobre Jesucristo, es esencial saber de dónde vino, quién y qué es, dónde está y cuál es su papel ahora y en el futuro según el plan de Dios.

¿EXISTIÓ REALMENTE JESUCRISTO?

Algunos afirman que Jesús de Nazaret fue simplemente un hombre bueno o un filósofo humano. Otros creen que Jesús fue un profeta y un maestro moral, pero que no era el Hijo de Dios. Incluso otros insisten en que nunca existió.

La Biblia, el manual de instrucciones de Dios para la humanidad, afirma ser en parte el registro de un hombre llamado Jesucristo, pero ¿Hay pruebas fuera de la Biblia de que realmente vivió?

La existencia de Jesús puede establecerse a partir de los registros de los historiadores romanos y de otros que escribieron sobre Él, aunque el propósito de estos no era confirmar su existencia ni respaldar sus enseñanzas. Ningún erudito serio puede sostener, basados en los anales de la historia, que Jesucristo no existió. Ver más abajo el estudio ampliado: ¿Existió realmente Jesucristo?

Josefo, historiador judío del siglo I y contemporáneo de los apóstoles, lo menciona, al igual que el Talmud judío. En siglos posteriores, Cornelio Tácito y Juliano el Apóstata también registraron detalles de la vida de Jesús. Estas fuentes ajenas a la Biblia corroboran claramente la existencia de Jesucristo. Él no fue un mito.

Fundamentos se basa en la convicción de la veracidad de lo que dice la Biblia sobre Él.

¿QUIÉN FUE JESUCRISTO?

La identidad de Jesús es de suprema importancia para todo aquel que busque ser su seguidor. Necesitamos saber quién fue Él en el pasado y quién es Él hoy para poder entender a cabalidad sus enseñanzas.

La Biblia hace algunas afirmaciones sorprendentes sobre su identidad. Si aceptamos lo que nos dice, el nacimiento de Jesús fue milagroso. No fue concebido mediante el proceso reproductivo normal, sino por obra del Espíritu Santo (Mateo 1:20), que es el poder de Dios (Hechos 1:8). Nació de una mujer joven, que permaneció virgen hasta después de su nacimiento (Mateo 1:25; 13:55). Véase más abajo el estudio ampliado: ¿Qué es el Espíritu Santo? y María, la Madre de Jesús.

Juan el Bautista nació unos meses antes que Jesús (Lucas 1:35-36). Pero, paradójicamente, Jesús ya existía mucho antes de que Juan fuera concebido. Como el mismo Juan dijo: " Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo" (Juan 1:30).

¿Cómo pudo Jesús existir antes del nacimiento de Juan el Bautista?

El apóstol Juan escribió a propósito de la identidad espiritual de Jesucristo. Describió la Divinidad: "En el principio era el Verbo [Logos], y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios" (Juan 1:1). Esto nos hace recordar el primer versículo de la Biblia, Génesis 1:1, donde leemos que ""En el principio creó Dios los cielos y la tierra"".

La información acerca de Dios en Juan 1:1 es anterior a la Creación descrita en Génesis 1:1, porque Juan 1:3 afirma que "todas las cosas fueron hechas por medio de Él [el Verbo], y sin Él nada de lo que ha sido hecho fue hecho." Así pues, el Verbo ya existía antes de que se llevara a cabo la Creación.

Juan 1:1 también indica que el Verbo estaba con Dios pero que existía como un ser separado. El líder de la Iglesia de Dios desde 1933 hasta su muerte en 1986, Herbert W. Armstrong, explicó este concepto en su libro El Misterio de los Siglos (Nueva York: Dodd, Mead & Company, 1985, págs. 42-43):

“Estos pasajes muestran que el Verbo, en el principio -antes de que nada hubiera sido creado- estaba con Dios, y él también era Dios. ¿Cómo es posible? Imaginemos que hay un hombre llamado Juan. Y Juan podría ser que estuviera junto a un hombre llamado Smith, y Juan también podría llamarse Smith porque Juan es el hijo de Smith, y Smith es el apellido familiar. Sin embargo, se trata de dos personas distintas. El único aspecto diferente en esa analogía es que el Verbo, en el momento de Juan 1:1, todavía no era el Hijo de Dios. Pero estaba con Dios y también era Dios. Todavía no eran Padre e Hijo, pero eran el Reino de Dios. Esa familia está compuesta, ahora, por Dios Padre, y Jesucristo su Hijo.”

Este concepto de Dios como una familia compuesta por más de un ser es muy importante en nuestra misión de descubrir quién era Jesús antes de su nacimiento como ser humano. De nuevo una cita de El Misterio de los Siglos (p. 50):

“Volvamos a Génesis 1:1: "En el principio Dios. . . ." Esto fue escrito originalmente por Moisés, inspirado por Dios. Moisés lo escribió en hebreo. La palabra hebrea que se traduce "Dios" es Elohim, un sustantivo o nombre, plural en su forma, pero normalmente singular en su uso gramatical. Es el mismo tipo de palabra que familia, iglesia, grupo: una familia consta de dos o más miembros, una iglesia se compone de muchos feligreses, un grupo está formado por varias personas. Se refiere, entonces, precisamente a las personas mismas que conforman o integran al único Dios, como encontramos en Juan 1:1: el Verbo y Dios, y cada una de esas dos personas [seres] es Dios. En otras palabras, Dios es ahora una familia de personas [seres], compuesta hasta ahora sólo por dos: Dios el Padre y Cristo el Hijo.”

Los judíos entendían el término Logos (la Palabra) como una figura mediadora de Dios, que actuaba como sumo sacerdote. A diferencia de los griegos, que generalmente utilizaban el término para designar el concepto filosófico de vida e inteligencia, los apóstoles lo aplicaron al ser que estaba con Dios desde el principio (Hebreos 4:12; 1 Pedro 1:23).

Fue esta Palabra la que nació milagrosamente de la virgen María como un ser humano de carne y hueso (Juan 1:14). Juan dijo en otro pasaje que la "Palabra de vida" se manifestó como Jesucristo (1 Juan 1:1-3). Como el Verbo, "Dios se manifestó en la carne" (1 Timoteo 3:16) y fue llamado Jesús, "el Hijo del Altísimo" y "el Hijo de Dios" (Lucas 1:31-35). También se le llamó "Emmanuel, que traducido es 'Dios con nosotros'" (Mateo 1:23). Su naturaleza divina se revela también en la carta a los Hebreos: "Pero al Hijo dice: Tu trono, oh, Dios, es por los siglos de los siglos" (Hebreos 1: 8).

Fue Jesucristo, como el Verbo, quien también era Dios, por medio del cual Dios Padre creó todas las cosas (Ef. 3,9; Col 1,16).

La carta a los Hebreos también habla de Jesús como aquel por medio del cual fue creado el mundo y el que "sostiene el universo con su palabra de poder" (Hebreos 1:3, Versión Estándar Revisada, RSV). Pablo, en su carta a los Colosenses, escribe que en Cristo "todas las cosas permanecen unidas" (RSV) o "todo se cohesiona en Él" (Colosenses 1:17, traducción de Moffatt). En este sentido, Jesucristo es a la vez el Creador y el Sustentador del universo.

Basándonos en otras escrituras, es evidente que Jesús mismo sabía quién era Él y de dónde venía. Dijo: "Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, es decir, el Hijo del Hombre" (Juan 3:13). Jesús había preguntado a sus discípulos: "¿Qué, pues, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba antes?". (Juan 6:62).

Después de su resurrección, los discípulos vieron a Jesús ascender al cielo para estar con su Padre hasta su segunda venida (Hechos 1:9-11), cuando establecerá el reino de Dios en esta tierra. Véase más abajo el estudio ampliado: La Fiesta de las Trompetas.

La preexistencia de Jesucristo como Dios antes de su nacimiento humano es un tema primordial a lo largo de todo el Evangelio de Juan.

En Juan 6 Jesús declaró que Él era el "pan del cielo" (versículos 32-33, 35, 48, 51). Dijo, además: "Vosotros sois de abajo; yo soy de arriba. Vosotros sois de este mundo; yo no soy de este mundo" (Juan 8:23).

Dijo que había "salido de su Padre" (Juan 16:28) y que había estado con su Padre desde mucho antes de su existencia humana (Juan 17:1-5). Dijo a los judíos: "De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, YO SOY" (Juan 8:58). Ellos sabían que la expresión "YO SOY" estaba vinculada con el nombre de Dios revelado en Éxodo 3:13-15.

Cuando Jesús dijo que Él era el "YO SOY", afirmó ser eterno y también afirmó ser Dios y existir sin principio de días, en contraste con Abraham, que tuvo un principio.

Los judíos, que lo consideraron una blasfemia, se encolerizaron a tal punto que intentaron matarlo apedreándolo.

Claramente, Jesucristo era el que caminó y habló con Moisés en el desierto, el mismo "YO SOY" (ver Éxodo 3:14). Pablo dijo que los israelitas en el desierto "bebieron de esa Roca espiritual que los seguía, y esa Roca era Cristo" (1 Corintios 10:4).

Jesús se refirió a su existencia prehumana cuando oró al Padre antes de su crucifixión: "Te he glorificado en la tierra. He terminado la obra que me encomendaste. Y ahora, Padre, glorifícame junto a ti, con la gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese... porque me has amado desde antes de la fundación del mundo" (Juan 17:4-5, 24). Esta escritura confirma que Jesús existía desde antes de la creación del mundo.

Fue el Verbo quien se manifestó en diversas formas y habló a los patriarcas en la época del Antiguo Testamento. Él afirmó ser el Dios de Abraham, Isaac y Jacob (Éxodo 3:15). Después de todo, antes de su nacimiento humano, Jesús había existido "en forma de Dios" (Filipenses 2:6).

Jesucristo fue un mensajero enviado para revelar el carácter de Dios: "El cual, siendo el resplandor de su gloria y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder [como Sustentador], habiendo purgado en sí mismo nuestros pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas" (Hebreos 1:3).

La palabra "imagen" se traduce de la palabra griega charakter. Jesucristo era la contraparte exacta de Dios el Padre, la expresión exacta y verdadera de la naturaleza más íntima de Dios. Así como es el Padre, así es el Hijo: ambos son uno en carácter, mente y propósito.

Padre e Hijo son tan semejantes que Cristo pudo decir: "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre" (Juan 14:9).

Aunque ningún ser humano ha visto jamás a Dios el Padre (Juan 1:18), Jesús, el Hijo de Dios, si fue visto por sus discípulos, y a través de Él ellos aprendieron a "ver" al Padre.

Para comprender plenamente quién era Jesús ayer, quién es hoy y quién será "mañana" (para siempre), también es útil abordar algunos otros aspectos de la identidad de Cristo, como se explica en las siguientes secciones.

JESÚS, EL HIJO DEL HOMBRE

Como ya se ha dicho antes en diversas ocasiones, Jesús a menudo se refería a sí mismo como el "Hijo del Hombre". Como tal, Jesús era un verdadero ser humano y un hombre en todos los sentidos. Nació de una mujer, vivió como un ser humano, estuvo sujeto a las limitaciones humanas y pasó por los procesos normales del desarrollo humano.

Como ser humano, su poder y autoridad eran limitados, y a través de sufrimientos humanos, fue hecho perfecto (Hebreos 2:10). Era "en forma de Dios... pero se despojó a sí mismo de toda reputación, tomando forma de siervo y haciéndose semejante a los hombres" (Filipenses 2:6-7).

En todas las cosas aprendió acerca de las limitaciones de la existencia humana para que así pudiera ser un intercesor misericordioso para sus hermanos (Hebreos 2:17-18). Reconoció que su Padre era superior a Él (Juan 14:28), y como Él tenía necesidades emocionales y espirituales propias de un ser humano, oraba a su Padre celestial. Esta relación Padre/Hijo nos ayuda a comprender que Dios es una familia, y que esa familia va a ampliarse en el futuro (Romanos 8:29).

JESÚS, EL HIJO DE DIOS

Jesús, el Verbo, que estaba con Dios y que era Dios desde el principio (Juan 1:1-2), se convirtió en el Hijo de Dios tras haber sido concebido de una mujer por obra del Espíritu Santo, que es el poder de Dios, y posteriormente haber nacido en la carne. Poseía la naturaleza de Dios, pero asumió la naturaleza de un ser humano.

La naturaleza puede definirse como las cualidades esenciales que posee cada cosa. La palabra hijo se utiliza para designar el hecho de "poseer la naturaleza" de alguien. Jesús poseía la naturaleza de su Padre. El término "Hijo de Dios" se refiere a su naturaleza divina. Dios, el Padre, reveló a Jesús como su Hijo, diciendo: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia" (Mateo 3:17; véase también 17:5).

Como Hijo de Dios con naturaleza divina, Jesús poseía todos los atributos de Dios. Sanó a los enfermos, resucitó a Lázaro y a otros de entre los muertos, aceptó adoración y perdonó pecados.

Numerosas veces Jesús habló de Dios como su Padre. Comprender esta relación familiar es esencial para entender a Dios.

Como Hijo de Dios, Él proclamó la inminencia del Reino de Dios como una buena noticia para la humanidad (Marcos 1:14-15). Véase más abajo el estudio ampliado: El Evangelio.

Sus funciones como Sumo Sacerdote, Salvador y Mesías están detalladas a continuación e íntimamente relacionadas con su autoridad como Hijo de Dios.

JESÚS, EL SUMO SACERDOTE

En la carta a los Hebreos, Jesús resucitado se revela como nuestro verdadero Sumo Sacerdote (Hebreos 4:14), sustituyendo a los sumos sacerdotes del Antiguo Testamento que tenían un acceso limitado a Dios una vez al año (Hebreos 9:7). En Jesucristo tenemos un Sumo Sacerdote que está "sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos" (Hebreos 8:1), que, habiendo experimentado las limitaciones del ser humano, es capaz de "compadecerse de nuestras debilidades" (Hebreos 4:15).

En su función de Sumo Sacerdote, Jesús intercede por nosotros ante el trono de Dios: "Por tanto, en todo tuvo que hacerse semejante a sus hermanos, para ser misericordioso y fiel Sumo Sacerdote en lo que a Dios se refiere. . . . Porque en cuanto Él mismo padeció, siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados" (Hebreos 2:17-18).

En Hebreos también aprendemos que la forma de sacerdocio del Antiguo Testamento ha sido ahora reemplazada por el sacerdocio eterno de Jesús como Melquisedec. Al igual que el primer capítulo del Evangelio de Juan, estas otras lecturas también explican la preexistencia de Jesús (Hebreos 4:14; 5:1-10; 6:19-20; 7:1-28; 8:1-5).

JESÚS, EL SALVADOR

De los diversos aspectos de la identidad de Jesucristo, el único que es universalmente reconocido en el cristianismo es su misión como Salvador, pero incluso este aspecto está sujeto a muchos malentendidos y malas interpretaciones.

Dios es el legislador supremo. Su ley es la expresión de su camino de vida y la que define el bien y el mal. La ley de Dios se resume en el amor a Dios y amor al prójimo (Mateo 22:37-40). Es una ley espiritual; y su incumplimiento tiene consecuencias automáticas. Pecar significa quebrantar esa ley de Dios (1 Juan 3:4), y la pena por el pecado es la muerte (Romanos 6:23). Puesto que todos hemos pecado (Romanos 3:23), alguien tenía que salvarnos de la pena de muerte que pendía sobre nosotros, para que pudiéramos tener vida.

Como Hijo de Dios, su vida era más preciosa que las vidas juntas de todos los demás. Por lo tanto, Él podía dar su vida como rescate por los pecados de sus hermanos y así convertirse en su Salvador.

Sin Jesucristo como nuestro Salvador, no habría buenas nuevas para la humanidad. Todo este tema es muy importante y necesita explicación adicional. Vea más abajo el estudio ampliado: La Pascua: Dios nos ama.

 

JESÚS, EL MESÍAS Y FUTURO REY DE REYES

En una ocasión, Jesús les preguntó a sus discípulos: "'¿Quién decís que soy yo?' Simón Pedro respondió y dijo: 'Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo'" (Mateo 16:15-16). El título Cristo procede de la palabra griega christos, que significa "ungido". Jesús era el Ungido, el Cristo o Mesías (Juan 4:25).

En el antiguo Israel, los sacerdotes ungían a los reyes con aceite. La ceremonia era un rito de coronación que aún se celebra en nuestros días, como cuando la reina Isabel II fue coronada en 1953. En la Biblia, la unción se especifica como un acto de consagración para apartar a una persona ante Dios para una tarea, oficio o vocación especial. Después de que "Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder" a Jesús de Nazaret, éste "anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él" (Hechos 10:38).

En la época en que nació Jesús, los judíos esperaban la llegada del Mesías (Lucas 3:15). La Biblia contiene muchas profecías sobre la llegada de un rey y salvador (véase, por ejemplo, Jeremías 23:5-6 e Isaías 9:6-7). Jesús era este rey profetizado (Lucas 1:32-33), y lo confirmó ante Poncio Pilato: " Tú bien dices que yo soy rey. Para esto he nacido y para esto he venido al mundo" (Juan 18:37).

Pero Jesús no vino aquella primera vez como rey conquistador. Vino para servir como sacrificio, "llevado como un cordero al matadero" (Isaías 53:7; Juan 1:29).

Aunque murió crucificado, resucitó después de pasar tres días y tres noches en la tumba. Ese hecho demostró su condición de Mesías (Mateo 12:39-40).

En el futuro, cuando Jesucristo vuelva, vendrá con el título de "Rey de reyes y Señor de señores" (Apocalipsis 19:11-16). Conquistará a las naciones y restaurará la paz en un mundo enfermo por el pecado (Daniel 2:44).

En una época en la que fanáticos religiosos de diversa índole sueñan con establecer sus propios estados fundamentalistas, es importante señalar que el reino de Dios no se establecerá gracias al poder humano, sino "sin intervención de manos", por el poder mismo del Dios vivo (versículo 45).

El regreso de Jesucristo a esta tierra como Rey de reyes es una profecía esencial sobre el reino de Dios (Zacarías 14:1-9; Lucas 21:27; Hechos 1:11). Véase más abajo el estudio ampliado: El Reino de Dios.

JESÚS, EL ALFA Y LA OMEGA

En Apocalipsis 1:8 Jesucristo dice: "Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin, ... el que es y el que era y el que ha de venir, el Todopoderoso". Esto implica que Él siempre ha existido como Sempiterno, el que existe por sí mismo. En el versículo 11 se le llama el "Primero y el Último". Alfa y omega son la primera y la última letra del alfabeto griego. Jesucristo, por lo tanto, es completo y lo abarca todo. Además, Él dice, "Yo vengo pronto. . . . Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin, el Primero y el Último" (Apocalipsis 22:12-13).

El apóstol Pablo dijo a Tito que el pueblo de Dios está ahora "aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo" (Tito 2:13). Aunque el griego es ambiguo en este versículo, la mayoría de los eruditos admiten que está diciendo que Jesucristo es a la vez nuestro Salvador y nuestro gran Dios. Él era el Verbo, que se convirtió en Dios el Hijo.

En el plan de salvación de Dios revelado en la Biblia, Jesucristo desempeña el papel más importante: fuera de Él no hay ninguna forma de acabar con los problemas irresolubles de este mundo.

"Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos" (Hechos 4,12).

EL CONOCIMIENTO DE DIOS EN EL MUNDO VENIDERO

El evangelio o buenas nuevas, hablan de un tiempo venidero en el que “el Espíritu de Dios será derramado sobre toda carne” (Joel 2:28-29), "Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria del Señor, como las aguas cubren el mar" (Habacuc 2:14).

El mundo entero conocerá entonces al auténtico Dios. Todos tendrán la oportunidad de aprender del Dios Creador, a quien obedecerán, servirán y adorarán.

El profeta Jeremías describió este maravilloso tiempo que vendrá, cuando dijo: "Ya no enseñará cada uno a su prójimo, ni cada uno a su hermano, diciendo: 'Conoce al Señor', porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande" (Jeremías 31:34; véase también Hebreos 8:11). Todas las personas tendrán sus ojos abiertos a la comprensión de quién y qué es Dios y qué papel desempeña el Hijo de Dios, Jesucristo, en el plan maestro de Dios.

Jesucristo les aseguró a sus seguidores que esta era de sufrimiento humano llegaría a su fin. Prometió regresar, juzgar el mal y regir en un gobierno mundial de justicia, misericordia y paz (Mateo 25:31-40). La forma en que Cristo trató a la gente es un claro ejemplo de cómo su futuro gobierno ha de tratar y guiar a los seres humanos. Estas son buenas nuevas para la humanidad.

 

 

 

PUNTOS ESENCIALES DE ESTE MÓDULO

·         Los registros históricos confirman que Jesús de Nazaret existió tal y como dice la Biblia.

·         Juan 1:1 muestra a dos Personas llamadas "Dios".

·         La palabra Dios es un término genérico al igual que familia.

·         Jesucristo era la Palabra (Logos) y el "YO SOY" del Antiguo Testamento.

·         Jesucristo vino a revelar a Dios el Padre.

·         Jesús es nuestro Sumo Sacerdote hoy.

·         Jesús, el Salvador, murió por los pecados de la humanidad.

·         Jesucristo regresará como el Mesías y el Rey de reyes.

 

ESTUDIO AMPLIADO

·         El Evangelio

·         Las enseñanzas de Jesucristo

·         El Reino de Dios

·         La Pascua: Dios nos ama

·         La Fiesta de las Trompetas

·         ¿Qué es el Espíritu Santo?

·         María, la Madre de Jesús

·         ¿Existió realmente Jesucristo?

·         Jesucristo: Mito y realidad

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