3.6 LA FIESTA DE LOS PANES SIN LEVADURA

Las Escrituras identifican siete días santos anuales dentro de tres temporadas de cosecha como "las fiestas del SEÑOR" (Levítico 23:2, 4). Aunque originalmente fueron dadas a la nación física de Israel, estos mismos días fueron observados por la Iglesia del Nuevo Testamento tanto por judíos como por gentiles (1 Corintios 5:8, Hechos 20:16) La segunda de estas celebraciones anuales reveladas a Moisés es la Fiesta de los Panes sin Levadura. Comienza inmediatamente después de la Pascua y continúa durante siete días. Éxodo 12:15-20 y Levítico 23:5-8 ofrecen una perspectiva del origen y la finalidad de esta fiesta.

Podríamos preguntarnos

¿Por qué una de las fiestas de Dios toma su nombre del pan sin levadura?

¿Realmente le importa a Dios qué tipo de pan se consume durante esta fiesta? (Éxodo 12:15, 19; Levítico 23:6).

¿Podría estar utilizando Dios una sustancia física para enseñar un principio espiritual? (Juan 6:28-33; 7:37-39).

¿Hay lecciones espirituales en la celebración de esta fiesta para quienes buscan agradar a Dios hoy?

Información básica: Para quienes no estén familiarizados con qué es la levadura y cómo se leudan el pan y otros productos de pastelería, puede ser útil repasar el proceso. La levadura es el medio por el que se introducen pequeñas bolsas de aire en la masa antes de hornearla. Esto puede lograrse químicamente mediante un agente leudante, como la levadura en polvo, o biológicamente introduciendo esporas de levadura en la masa. Cuando la levadura se multiplica, produce dióxido de carbono que forma pequeñas bolsas en la masa. Esto hace que la masa se hinche y que el pan o cualquier otro producto de panadería tenga una textura más ligera y, a menudo, más esponjosa o blanda.

ORIGEN DE LA FIESTA

La Fiesta de los Panes sin Levadura se menciona por primera vez en la Biblia en la época del éxodo de Israel de Egipto.

Los israelitas sufrían esclavitud en Egipto. Dios liberó a su pueblo de la esclavitud con una serie de 10 plagas que cayeron sobre los egipcios. La plaga final y más devastadora -la muerte de los primogénitos- ocurrió en la noche de la Pascua. Para protegerse de esta plaga, cada familia israelita debía sacrificar un cordero y untar con su sangre el dintel y los postes de la puerta de su casa. Cuando Dios viera la sangre, pasaría por encima de la casa y el primogénito de esa casa quedaría a salvo (Éxodo 12:12-13).

La muerte de los primogénitos fue un golpe tan duro para los egipcios que el faraón finalmente permitió que los israelitas salieran de Egipto. El pueblo salió de Gosén y se reunió en Sucot la noche después de la Pascua, el primer día de la Fiesta de los Panes sin Levadura (Éxodo 12:31-42). Como era de esperar, partieron a toda prisa. Por lo tanto, no tuvieron tiempo de leudar el pan. Cuando se hace de forma natural a través de la levadura, el proceso de leudado toma una cantidad considerable de tiempo.

Dios no condujo a los israelitas por la ruta más directa a la Tierra Prometida, sino que los llevó a un lugar donde revelaría más de su poder tanto a ellos como a los egipcios y a todas las naciones circundantes (Éxodo 13:17-18, 20-21; 14:4, 18; Josué 2:8-11). Esto creó una oportunidad para que los esclavos recién liberados aprendieran a depender de su libertador divino.

Al séptimo día de la Fiesta de los Panes sin Levadura, los israelitas acamparon a orillas del Mar Rojo. Cuando el faraón se enteró, pensó que los israelitas se habían perdido en aquella región desértica que les era desconocida. Cambió de idea sobre dejarlos ir y movilizó a su ejército para recapturar a los fugitivos (Éxodo 14:1-9).

Dios había conducido intencionadamente a los israelitas a lo que parecía una trampa. Fueron conducidos a un cañón, con el Mar Rojo delante de ellos, montañas infranqueables a ambos lados, y con su única vía posible de escape bloqueada por el ejército del faraón que se acercaba. Abrumados por el miedo, el pueblo de la incipiente nación se quejó ante Moisés (versículos 10-12).

Dios respondió a sus quejas con una pregunta a Moisés, ¿por qué preguntaban siquiera por la huida? "Dile al pueblo de Israel que avance", le ordenó (v. 15). Dios ya había proporcionado una forma de librarse de la esclavitud sin siquiera necesidad de que levantaran una espada. ¿Por qué no iba a proporcionarles de nuevo una vía de escape? Esta es una de las grandes lecciones de la Biblia. Aquellos que dependen de Dios y le siguen no necesitan preocuparse. Él es fiel y les proveerá un camino (1 Corintios 10:13).

Desde su salida de Egipto, Dios había estado guiando a Israel con una señal visible: una columna de nube durante el día, que se convertía en una columna de fuego por la noche. Esa noche, la columna se interpuso entre el campamento de Israel y los egipcios que los perseguían, iluminando a Israel por un lado y creando una densa oscuridad por el otro, que impidió que los egipcios los persiguieran durante la noche (Éxodo 14:19-20). Moisés extendió sus manos sobre el Mar Rojo y Dios separó las aguas. Los vientos soplaron toda la noche y secaron el suelo entre los muros de agua. Al día siguiente, los israelitas cruzaron el lecho del mar sobre tierra seca.

Una vez que estuvieron al otro lado a salvo, la columna de nube se levantó y los egipcios los persiguieron. Sin embargo, cuando aún estaban en medio del mar, las aguas volvieron a su cauce y el ejército del faraón murió ahogado por el retorno de las aguas (Éxodo 14:21-31).

Los israelitas habían sido testigos de cómo Dios los liberaba de sus captores, a los que nunca más volverían a ver (versículo 14). Liberados de la influencia del faraón, de sus capataces y de la sociedad egipcia, ahora eran libres para seguir y adorar a Dios. Dios había hecho posible que los hijos de Israel dejaran de ser esclavizados en Egipto. Ahora, liberado, ¿reconocería el pueblo la oportunidad que se le presentaba y abrazaría su nueva vida como hombres libres, siguiendo humildemente las directrices de Dios? (Miqueas 6:8).

Esta es la primera Fiesta de los Panes sin Levadura de la que se tiene constancia, que siguió inmediatamente a la primera Pascua celebrada por el pueblo de Israel, y que revela muchas lecciones para aquellos que buscan seguir a Jesucristo y caminar con Dios (1 Corintios 10:1-4, 6, 11; 1 Juan 2:6).

LECCIONES QUE APRENDER

1. Los días de los Panes sin Levadura pudieron celebrarse gracias a la Pascua.

El orgullo de Egipto fue quebrantado tras la muerte de los primogénitos de la nación en la noche de la Pascua, en la que no quedó una sola casa sin ser afectada. A causa de esta devastadora plaga, el faraón cedió y permitió a los israelitas salir de Egipto para adorar a Dios. El pueblo egipcio, temiendo por sus propias vidas, también instó a los israelitas a marcharse (Éxodo 12:30-31, 33).

Los primogénitos de los israelitas fueron salvos porque obedecieron a Dios al colocar la sangre del cordero pascual en los postes de sus puertas, lo que hizo que el Señor pasara por encima de sus moradas.

Si la Pascua no se hubiese producido como ocurrió, los israelitas no habrían podido salir de Egipto. El faraón habría seguido resistiéndose a las peticiones de Moisés de liberar a los israelitas de la esclavitud. Si los israelitas no hubieran seguido las instrucciones relativas a la colocación de la sangre de los corderos en los postes de sus puertas, también habrían estado de luto por la pérdida de sus primogénitos.

El poder de la autoridad egipcia sobre Israel fue destruido por la Pascua. Del mismo modo, el poder del pecado es destruido por el sacrificio del Cordero Pascual de Dios (Romanos 6:23; Santiago 1:15; Juan 1:29; Juan 8:34, 36).

Así como la Pascua liberó a los israelitas de la esclavitud y de la dura servidumbre que les infligían sus capataces egipcios, aceptar el sacrificio de Jesucristo libera a los seres humanos de la esclavitud del pecado y de la pena de muerte que se deriva de éste (1 Corintios 5:7; Efesios 2:1-5).

No había ninguna posibilidad de que los israelitas se libraran de su vida de esclavitud en Egipto sin la Pascua. Sin Cristo, nuestra Pascua -el sacrificio del Hijo de Dios-, no podríamos salir de la vida de esclavitud impuesta por el pecado ni de la pena de muerte que éste produce (Romanos 6:20-23).

El sacrificio de Jesucristo nos abre las puertas para cambiar el rumbo de nuestras vidas. El apóstol Pablo enseñó a los que emprendían esta transformación a considerarse "muertos al pecado" y "vivos para Dios" por medio de Jesucristo (Romanos 6:11). Este nuevo comienzo es una nueva vida en Cristo que nos permite caminar con Dios (Romanos 6:4; 2 Corintios 5:17; Colosenses 3:3). Sin su sangre derramada, nuestros pecados no serían perdonados y seríamos incapaces de cambiar de una vida de pecado a una vida de justicia. Somos liberados del poder de las tinieblas para caminar con Dios por la sangre de Jesucristo (Colosenses 1:13-14).

2. Eliminar la levadura; repudiar el pecado

Aunque el sacrificio de Jesucristo nos permite ser justificados ante Dios (Romanos 3:24-26), no significa que nunca más volveremos a pecar. Significa que ahora podemos vivir una vida nueva (Efesios 4:25-32)-una vida en la que ya no estamos inexorablemente controlados por el pecado. Debido a que somos perdonados por la sangre de Jesucristo, se nos ordena que eliminemos el pecado de nuestras vidas, así como se nos ordena que quitemos la levadura de nuestras moradas durante los Días de los Panes sin Levadura.

Esta limpieza de la levadura durante este festival de siete días nos recuerda que necesitamos eliminar lo que causó la necesidad del sacrificio de Jesucristo en primer lugar: el pecado.

El apóstol Pablo dijo a la congregación de Corinto que sacaran la levadura del pecado de la congregación y de sus vidas:

" Vuestra jactancia no es buena. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? Limpiad, pues, la vieja levadura, para que seáis una masa nueva, pues en verdad sois sin levadura. Porque Cristo, nuestra Pascua, fue sacrificado por nosotros. Celebremos, pues, la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con el pan sin levadura de sinceridad y de verdad." (1 Corintios 5:6-8 LBLA)

[Nótese que la Iglesia del Nuevo Testamento (e incluso la iglesia corintia predominantemente gentil en este caso en particular) guardaba los días de los Panes sin Levadura según lo ordenado por Dios].

La pregunta de Pablo en el versículo 6 muestra una característica muy significativa de la levadura. Comienza siendo pequeña y se esparce por toda la masa haciendo que esta crezca. Esta característica de la levadura explica por qué sirve como símbolo del pecado. El pecado se parece a la levadura en que penetra e "hincha" el corazón humano (versículo 2). Los seguidores de Cristo buscan desarrollar la mente de Cristo (Filipenses 2:5; 1 Pedro 4:1-3).

3. Comer pan sin levadura; vivir rectamente

El sacrificio de Jesucristo representado en la Pascua es la gracia de Dios en acción. ¿Qué debemos hacer con esta gracia, este tremendo regalo? ¿Qué debemos hacer ahora que nuestros pecados han sido perdonados mediante el sacrificio de Cristo, nuestra Pascua?

Pablo declara que ya no debemos vivir como esclavos del pecado. Puesto que la levadura se utiliza para simbolizar el pecado, comer pan sin levadura simboliza vivir una vida justa y obediente. Debemos convertirnos en esclavos de la justicia. Debemos ser obedientes a la ley de Dios.

"¿Qué diremos, pues? ¿Continuaremos en el pecado para que la gracia abunde? Ciertamente que no. Los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos ya en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Y fuimos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. . . . No dejéis, pues, que el pecado reine en vuestro cuerpo mortal, para que lo obedezcáis en sus concupiscencias. Y no presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros, pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. [Nota: "no estar bajo la ley" significa no estar bajo la pena de muerte resultante del pecado que es el quebrantamiento de la ley de Dios. "No estar bajo la ley" no significa que los Cristianos no están sujetos a la autoridad de Dios y su ley. Vea el articulo ¿Fue la Ley de Dios clavada en la cruz]? ¿Entonces qué? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley sino bajo la gracia? De ninguna manera. ¿No sabéis que sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado que lleva a la muerte, sea de la obediencia que lleva a la justicia?". (Romanos 6:1-4, 12-16 LBLA)

Una vez que aceptamos el sacrificio de Jesucristo en pago por la pena de nuestros pecados y que éstos han sido perdonados por Dios, es necesario que cambiemos el estilo de vida que causó la necesidad de ese sacrificio (esclavos del pecado y la desobediencia) y que vivamos de una manera nueva, una manera de vivir libre de levadura (esclavos para obedecer la ley de Dios).

La Fiesta de los Panes sin Levadura nos recuerda que debemos esforzarnos por eliminar el pecado de nuestras vidas. Como representación simbólica de esto, eliminamos la levadura y los productos fermentados de nuestros hogares. De manera similar, también examinamos nuestro carácter en busca de la naturaleza pecaminosa que necesita ser eliminada. Comemos pan sin levadura todos los días de la fiesta y ponemos todo nuestro empeño en sustituir la naturaleza defectuosa y pecaminosa por una naturaleza obediente y justa (Efesios 4:22-32).

Este ejercicio fue diseñado por nuestro creador para liberarnos de la esclavitud que atenaza firmemente a la humanidad.

"Entonces Jesús dijo a los judíos que habían creído en él: 'Si permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos. Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Ellos le respondieron: "Somos descendientes de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo puedes decir: "Seréis libres"? Jesús les contestó: 'De cierto os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado. . . . Por tanto, si el Hijo os hace libres, seréis verdaderamente libres'". (Juan 8:31-34, 36 LBLA)

Los Días de los Panes sin Levadura en combinación con la Pascua nos proporcionan un hermoso instrumento de enseñanza que revela claramente cómo Dios liberará a toda la humanidad de la esclavitud del pecado y los hará libres para poder obedecerle.

En este módulo, hemos visto que la observancia de la Fiesta de los Panes sin Levadura es un símbolo de nuestro compromiso de alejarnos del pecado y dirigirnos hacia una vida de rectitud. En esencia, es nuestra respuesta al sacrificio redentor de nuestro salvador, Jesucristo. Durante esta festividad de una semana de duración, la levadura debe ser eliminada de nuestro hogar y de nuestras propiedades, y sólo debemos comer alimentos sin levadura. Quitar la levadura y abstenerse de ella durante siete días refleja el deseo de purgar la influencia del pecado de nuestras vidas (1 Corintios 5:7). Comer pan sin levadura simboliza la búsqueda de una vida recta y una relación correcta con Dios. Representa un cambio en la dieta espiritual hacia una vida alimentada por el Pan de Vida, Jesucristo (Juan 6:35).

Así como Dios, en su amor y misericordia, liberó al antiguo Israel, hoy su bondad sigue conduciendo a los rehenes cautivos del dictador de este mundo al arrepentimiento y a la liberación (Romanos 2:4; 2 Timoteo 2:24-26; Efesios 2:1-5; 2 Corintios 4:4).

Todos los seres humanos necesitan ser rescatados de su naturaleza pecaminosa que los conduce a la muerte y a sufrir la influencia de este mundo malvado (Romanos 3:23; 6:23; Gálatas 1:4; 1 Juan 5:19).

¿Ha abierto Dios su entendimiento sobre este aspecto de su plan para la humanidad? ¿Reconoce usted la oportunidad que describe este festival? ¿Anhela usted liberarse de este mundo perverso para caminar humildemente con Dios?

 

PUNTOS ESENCIALES DE ESTE MÓDULO

·         La Fiesta de los Panes sin Levadura se celebra después de la Pascua y en respuesta a ella.

·         Durante la fiesta, la levadura se utiliza como símbolo del pecado.

·         Quitar la levadura representa el deseo de alejarse del pecado.

·         Comer pan sin levadura ilustra el compromiso de obedecer a Dios y vivir una vida recta que conduce a la santidad.

ESTUDIO AMPLIADO

·         ¿Tienen significado los días santos de Dios?

·         ¿Siguen siendo válidos los días santos de Dios?

·         Los días santos de Dios: Ayer, hoy y mañana.

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