1.1 INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE LAS ESCRITURAS.

Cada año se publican millones de nuevos libros sobre todos los temas imaginables. Muchos de ellos nos proporcionan las últimas tendencias. Como resultado, algunos podrían preguntarse por qué perder el tiempo con libros antiguos como la Biblia. Seguramente, este libro difícil de entender no está en sintonía con la era ilustrada del siglo XXI. ¿Tienen realmente algún valor para nosotros hoy sus antiguas historias, mandamientos y enseñanzas?

 

¿Qué se necesita para entender la Biblia?

 

¿Hay algún beneficio en estudiar este libro?

 

Muchos estarían de acuerdo en que la Biblia no se parece a ningún otro libro. La gente la valora por muchas razones diferentes. Pero es mucho más que un material de lectura emocionalmente edificante, una fuente de inspiración o una reminiscencia de tiempos pasados. Es más que una fuente de meditación, una colección de relatos históricos interesantes o una serie de propuestas para el debate intelectual. No es sólo un mero resumen de lo que ha sido y lo que será. Aunque posee todos estos elementos, su valor reside en que hace una afirmación única. Más que una colección de ideas filosóficas humanas y perspectivas sobre la vida afirma que es la palabra de Dios.

 

La Biblia afirma que contiene las palabras de Dios, que es la Palabra de Dios.

 

A lo largo de este curso de estudio encontrará que la Biblia es presentada como "El Manual para la humanidad". Contiene definiciones del bien y del mal y explica de dónde venimos y hacia dónde vamos. Proporciona una perspectiva para la vida, dando ejemplos de tipos de vida correctos e incorrectos, ánimo y guía. En resumen, define el modo de vida que conduce a la felicidad y a la plenitud eternas.

 

La Biblia no contiene todo el conocimiento que el ser humano puede adquirir, pero proporciona el fundamento de todo el conocimiento que no podemos obtener por nosotros mismos.

 

LA PALABRA DE DIOS

A través de sus páginas, la Biblia afirma que es un registro de las palabras inspiradas de Dios. Un investigador bíblico contó más de 3.800 veces en las que los escritores de las Escrituras utilizaron alguna variación de la redacción: "Vino a mí la Palabra del Señor, diciendo...". Varios libros bíblicos comienzan con afirmaciones como: "La Palabra del Señor que vino a . . .". (y luego el nombre del profeta o escritor).

 

En los cinco primeros libros de la Biblia, leemos mucho de lo que es la palabra real, hablada y citada por Dios mismo. Con frecuencia leemos la frase: "Y habló el Señor a Moisés, diciendo...". Éxodo 33:11 incluso dice: ". . . el Señor habló a Moisés cara a cara, como habla un hombre a su amigo".

 

Jesús se refirió a la Biblia como la "Palabra de Dios". Enseñó que debemos vivir "de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mateo 4:4). Él abrió la mente de sus discípulos para que pudieran entender la Palabra de Dios, también llamada la Escritura muchas veces en el Nuevo Testamento (Lucas 24:27).

 

El apóstol Pablo enseñó la Palabra de Dios (Hechos 18:11). Estaba convencido de que "toda la Escritura es inspirada por Dios...". (2 Timoteo 3:16; énfasis añadido). Es interesante observar que la mayor parte de la Escritura disponible en aquella época era el Antiguo Testamento. Los libros del Nuevo Testamento no se comenzaron a escribir sino hasta el año 50 d.C. aproximadamente.

 

Pablo enseñó a sus oyentes a partir del Antiguo Testamento, las Escrituras hebreas (véase 2 Timoteo 3:15-16 y Hechos 24:14), así como de las palabras que recibió directamente de Cristo mismo (Gálatas 1:12, 15-18).

 

El apóstol Pedro confirmó la fuente única de la Palabra de Dios, cuando escribió: ". . . que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación [u origen] privado, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron movidos por el Espíritu Santo" (2 Pedro 1:20-21).

 

La Iglesia del Nuevo Testamento fue edificada sobre "el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo" (Efesios 2:20). Esto significa que las Escrituras hebreas (el Antiguo Testamento) no se han vuelto irrelevantes, como muchos suponen. Ciertas partes, como el sistema de ofrendas sacrificiales, se han cumplido con la muerte expiatoria de Cristo, pero la palabra de Dios sigue en pie. Dios es un ser coherente (Hebreos 13:8).

 

Jesús mismo se reveló como "el Verbo" (en griego logos, véase Juan 1:1). Los judíos entendieron el término logos como una figura intermediaria de Dios, que actuaba como sumo sacerdote. A diferencia de los griegos, que generalmente utilizaban el término filosóficamente para referirse a la vida y la inteligencia ("la expresión del pensamiento"), los apóstoles lo aplicaron a Jesús, que estaba con Dios desde el principio (Hebreos 4:12; 1 Pedro 1:23). Véase aquí abajo el estudio ampliado: Jesucristo: Ayer, hoy y mañana.

 

El apóstol Juan dijo que la "Palabra de vida" se manifestó como Jesucristo (1 Juan 1:1-3). Como Verbo, "Dios se manifestó en la carne" (1 Timoteo 3:16) y fue llamado Jesús, "el Hijo del Altísimo" y "el Hijo de Dios" (Lucas 1:31-35).

 

Jesucristo, la manifestación de la "Palabra de vida", vino a hacer la voluntad de Dios, que está expresada en la Biblia, la Palabra de Dios escrita (Juan 5:30; 6:38).

 

Jesús enseñó que Él no vino a abolir nada de la palabra de Dios, sino todo lo contrario: "Yo os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido" (Mateo 5:18).

 

El término "ley" (nomos en griego) en el Nuevo Testamento es equivalente al término hebreo Torá, que significa mucho más que ley en el sentido de normas y reglamentos; significa también dirección, instrucción. Así que Jesús dijo, en otras palabras, que no perecerá ni la más pequeña de las instrucciones de Dios hasta que se hayan cumplido.

 

Toda la palabra de Dios, sus enseñanzas e instrucciones, es para nosotros una ley en sentido bíblico. Nos da consuelo, guía y dirección y define el concepto básico de lo que es correcto e incorrecto.

 

REQUISITOS PARA UN ENTENDIMIENTO CORRECTO

La Biblia, la Palabra de Dios

Como hemos establecido, uno de los requisitos previos para un estudio significativo de la Biblia es reconocer el hecho de que contiene la palabra de Dios tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.

 

Sin la profunda convicción de que estamos estudiando la palabra de Dios, su manual de instrucciones para la humanidad, nuestros esfuerzos no pasan de ser el estudio apasionado de una literatura cualquiera, es decir, un conjunto de ideas más entre muchas otras.

 

Creer en la existencia de Dios

Ciertamente, sólo tiene sentido aceptar que la Biblia es la palabra de Dios si creemos en la existencia del Dios creador revelado en sus páginas. Sin esa premisa, no tiene mucho valor práctico estudiar la Biblia. Seguiría siendo un mero ejercicio intelectual. Véase aquí abajo el estudio ampliado: Dios existe.

 

El respeto a Dios es "el principio de toda sabiduría" (Proverbios 1:7). Y Dios mira a aquellos "que tiemblan ante [tienen profundo respeto por] mi palabra" (Isaías 66:2). Estos son principios básicos muy importantes que nos muestran cómo proceder en nuestra búsqueda para entender la Biblia.

 

La razón por la que estudiamos la Biblia es porque creemos que hay un Dios vivo que inspiró a los 40 escritores de los 66 libros de la Biblia.

 

Fe y práctica

Para que el estudio de la Biblia sea provechoso, debemos proceder con confianza y fe. En Hebreos 11:6, leemos una afirmación muy sencilla: ". . . sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan". Con esta convicción firmemente arraigada, Dios hace posible que entendamos lo que Él ha escrito.

La promesa hecha al profeta Daniel por uno de los mensajeros de Dios, se aplica a nosotros personalmente: "No temas, Daniel, porque desde el primer día que pusiste tu corazón en entender y en humillarte ante tu Dios, fueron oídas tus palabras; y yo he venido por causa de tus palabras" (Daniel 10:12). Como dice otra traducción: "'Tranquilo, Daniel . . no temas. Desde el momento en que decidiste humillarte para recibir entendimiento, tu oración fue escuchada, y yo me dispuse a venir a ti'" ( El Mensaje).

 

Desde el momento en que usted decida aprender lo que Dios espera de usted y aplicar lo que aprenda en su vida diaria ¡Él responderá a sus oraciones y le dará entendimiento de su palabra! ¡Ese es su compromiso con usted! (Véase también Daniel 9:3-4.)

 

Pero debemos hacer nuestra parte aportando "fe". Este tipo de fe tiene que ver con una disposición abierta y con el deseo de aceptar la enseñanza de Dios. Jesús lo dejó muy claro: " El que quiera hacer la voluntad de Dios [la del Padre], conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta." (Juan 7:17; Reina Valera 1960). En otras palabras:

 

Jesús afirmó que la manera de estar seguro y confiado acerca de las verdades bíblicas comienza por querer hacer la voluntad del Padre.

 

Su confianza y fe en que las palabras de Dios son verdaderas crecerá a medida que lea, estudie y practique lo que aprenda de la Biblia: ". . . la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios" (Romanos 10:17). Véase aquí abajo el estudio ampliado: Arrepentimiento. El comienzo de la conversión.

 

Los seguidores de Cristo fueron llamados cristianos solamente después de cierto tiempo y por las personas que no formaban parte de la Iglesia. Los miembros de la Iglesia de Dios se veían a sí mismos simplemente como seguidores del "Camino" (véase Hechos 9:2; 18:25; 22:4; 24:14). Esta es una indicación significativa de lo que ellos consideraban lo más importante.

 

Jesús hizo hincapié en que debemos ir más allá del estudio intelectual de la palabra de Dios y practicar lo que aprendemos. En Mateo 7:21, Él advirtió: "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos". La "voluntad del Padre" está a nuestra disposición a lo largo de toda la Biblia.

 

Si nuestro estudio de la Biblia no está dirigido según la voluntad de Dios, no daremos en el blanco. Como dijo Jesús, es como construir una casa sobre arena (Mateo 7: 26). Véase aquí abajo el estudio ampliado: ¿Religión o estilo de vida?

 

A medida que aumentamos nuestra comprensión de la Biblia, es importante que obedezcamos a Dios cuando Él nos revela su voluntad. En los Salmos leemos: "Buen entendimiento tienen todos los que ponen por obra sus mandamientos" (Salmo 111:10). Esta es una de las razones por las que muchos de los que leen la Biblia obtienen relativamente poca comprensión.

 

Pedir la ayuda de Dios

Explicando la situación por la cual los hijos de Israel no podían entender la voluntad de Dios, el apóstol Pablo afirmó: "Pero hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, un velo cubre su corazón. Sin embargo, cuando uno se vuelve al Señor, el velo se quita" (2 Corintios 3:15-16).

 

"Volverse al Señor" no es complicado ni místico; simplemente significa iniciar el proceso de conversión, pasar de una existencia basada en nuestro propio criterio a una vida nueva en la que se vive bajo el consejo y la guía de Dios. Véase aquí abajo el estudio ampliado: Arrepentimiento. El comienzo de la conversión.

 

Los apóstoles, reconociendo su fe insuficiente, le dijeron a Jesús: "Auméntanos la fe" (Lucas 17:5). La verdad es que podemos recibir ayuda en nuestro esfuerzo por estudiar la palabra de Dios. Después de su resurrección, Jesús se apareció a sus discípulos "y les abrió el entendimiento para que comprendiesen las Escrituras" (Lucas 24:45). El velo fue quitado de sus ojos para que pudieran entender claramente la Biblia. Esto se hizo permanente cuando recibieron el Espíritu Santo en el día de Pentecostés del año 31 d.C.

 

No estamos solos en nuestros esfuerzos por comprender la voluntad de Dios, Jesús nos prometió "un ayudante" que nos guiaría a toda la verdad (Juan 14:16; 16:13). Véase aquí abajo el estudio ampliado: El Espíritu Santo: El poder de Dios

 

Santiago, el hermano de Jesús, escribió: "Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídasela a Dios, que da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada" (Santiago 1:5). En términos bíblicos, "pedir a Dios" es la oración, que significa simplemente hablar con Dios. Véase aquí abajo el estudio ampliado: La oración: Hablar con Dios

 

Utilizar nuestra mente

Dios nos ha dado una mente que puede pensar con detenimiento lo que se nos expone en las Escrituras. En el libro de Isaías Él apela a los hijos de Israel para que cambien sus caminos y que lo obedezcan: "Venid ahora, y estemos a cuenta, dice el Señor...". (Isaías 1:18). Él es un Dios que piensa y actúa con lógica. La Biblia es un libro que expone sus aseveraciones con un razonamiento sólido.

Pablo, el apóstol, quien escribió más libros en la Biblia que cualquier otro autor, razonaba a partir de las Escrituras. Hechos 17:2 dice "Entonces Pablo, según su costumbre, entró a ellos, y por tres sábados razonó con ellos a partir de las Escrituras . . ." (Véase también Hechos 18:4, 19; 24:25.) Dios razona con nosotros a través de cada palabra de las Escrituras.

 

El pensamiento lógico es sin duda uno de los requisitos para un estudio provechoso de la Biblia. Incluye el razonamiento deductivo a partir del cual se extraen nuestras conclusiones. En este módulo estamos usando nuestro proceso de razonamiento para establecer que el Creador de todas las cosas ha puesto su palabra infalible a nuestra disposición para orientarnos en la vida.

 

Dios espera que usemos el mayor don que nos ha dado: nuestra mente.

 

BENEFICIOS Y CONCLUSIONES

La Biblia es un libro extraordinario y tremendamente popular. También podría llamarse un "manual para vivir una vida exitosa".

 

La Biblia no contiene todo el conocimiento que el hombre puede adquirir, pero proporciona la base de todo el conocimiento que no podemos adquirir por nosotros mismos.

 

Comprender la verdad es como vivir en la luz en lugar de en las tinieblas. Como dijo Salomón: "la sabiduría supera a la necedad como la luz a las tinieblas. Los ojos del sabio están en su cabeza, pero el necio camina en tinieblas" (Eclesiastés 2:13-14).

 

Hay otro principio bíblico útil que puede guiar nuestra búsqueda de una mayor comprensión de la Biblia. Se encuentra en el libro de los Proverbios: "Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia; reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus sendas. No seas sabio a tus propios ojos; teme al Señor y apártate del mal. Será salud para tu carne y fortaleza para tus huesos" (Proverbios 3:5-8).

 

Comprender la Biblia iluminará su vida; la palabra de Dios nos da confianza y una visión positiva de la vida.

 

Se han impreso más ejemplares de la Biblia que de ningún otro libro. Sin embargo, pocos la leen con regularidad, y menos aún son los que la estudian. Todavía menos son los que ponen en práctica lo que el Creador nos enseña que hagamos con nuestras vidas.

 

Usted se ha embarcado en un curso de acción que sólo una pequeña fracción de la humanidad ha emprendido: el estudio de las Sagradas Escrituras inspiradas por Dios, junto con su ayuda para que el entendimiento se le abra. Dios le dará una mente que pueda comprender lo que está escrito. Cambiará su vida hoy y le preparará para un futuro eterno.

 

¿Podría haber algo más importante?

 

PUNTOS ESENCIALES DE ESTE MÓDULO:

- La Biblia proporciona el fundamento de todo conocimiento que no podemos obtener de ninguna manera por nosotros mismos.

- Una profunda convicción de que Dios existe y de que la Biblia es su palabra es un prerrequisito para el verdadero entendimiento.

- Toda la Palabra de Dios, sus enseñanzas e instrucciones son ley para nosotros.

- La Iglesia primitiva del Nuevo Testamento se veía a sí misma como seguidora de "el Camino".

- Dios abrirá nuestro entendimiento si realmente acudimos a Él.

- El pensamiento lógico es una parte esencial del estudio significativo de la Biblia.

- Las verdades de la Biblia traen luz y confianza a nuestras vidas.

 

 

ESTUDIO AMPLIADO

- Dios existe

- Jesucristo: Ayer, hoy y mañana

- ¿Religión o estilo de vida?

- El arrepentimiento: El principio de la conversión

- El Espíritu Santo: El poder de Dios

- La oración: Hablar con Dios

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